miércoles, 23 de febrero de 2011

Lo que hay que saber antes de decidir conservar las células madre del cordón

sangre del cordón
No estoy segura de que siempre los padres tengan información completa antes de decidirse a conservar la células madre del cordón umbilical de sus hijos y, a veces, he constatado que los datos que se les dan solamente incluyen lo beneficioso que puede ser tenerlas, no lo perjudicial que es no permitir que llegue la sangre que fluye por el cordón a su hijo.
La sangre del cordón umbilical es una fuente de extracción de células madre en gran cantidad, especialmente de células madre hematopoyéticas, que tienen una gran poder de regeneración de la sangre y el sistema inmune, se replican muy bien y se multiplican más rápidamente que las de otra procedencia.
La leucemia, algunos cánceres y algunas enfermedades inmunes se tratan hoy en día con células madre. Hasta aquí, todo parece de color de rosa.

Tipos de usos y custodia de las células madre

El uso de células madre del cordón umbilical tiene aplicaciones médicas actualmente, donándola para que se pueda conservar en bancos públicos y sirva para ayudar a personas con enfermedades graves.
También existe el caso de los llamados “bebés medicamento“, nombre que me desagrada un poco, pero que seguro que todos entendemos. Si uno de los hijos padece una enfermedad tratable con células madre en algunos casos se recurre a las procedentes del cordón de un hermanito nacido tras seleccionar embriones adecuados y compatibles.
Es innegable la emoción de saber que un niño vivo ha podido curarse gracias a su hermano, y posiblemente todos, incluso quienes rechacen el uso de embriones para investigación, puede no sentirse cercano a esos padres aliviados. En esos casos, la extracción y la operación posterior suelen hacerse de forma muy rápida pues suelen ser casos además, en los que el receptor está en peligro.
Incluso hay empresas que ofrecen los servicios de criogenización de las células madre extraídas del cordón del bebé inmediatamente después del nacimiento y las conservan para un uso futuro en caso de enfermedad del donante.
Hasta ahora la autodonación no es garantía de curación en absoluto demostrada de manera general aunque se ha documentado algún caso y se ha usado muy poco, aunque las muestras si serían, obviamente, compatibles. Si queremos las células para uso exclusivamente privado deberemos guardarlas en otro país, pues en España no es legal el negarnos a compartirlas en caso de necesidad con un enfermo.
Si la sangre se conservase en un banco privado en España existirá la obligación de registrar la muestra en la Red General de Donantes. Esto, al fin y al cabo, preserva la sangre para el donante pero la pone a disposición de otras personas si alguien la necesitase de manera urgente para el tratamiento de una grave enfermedad como la leucemia.
Pero no es todo tan sencillo. Hay dilemas éticos de base en todo esto, además, de, claro está, el miedo a la enfermedad de un hijo aunque sea hipotética. Iré analizando ambas cuestiones.

Los riesgos de enfermedad en la vida infantil y como prevenirlos

Sin embargo hay un apunte que querría hacer. Ninguno de nosotros está libre del peligro de una enfermedad. Incluso, si nos esforzamos en darles a nuestros hijos la mejor de las vidas, ofreciendo una dieta saludable, sin pesticidas ni químicos; incluso si vivimos en mitad de la Naturaleza, con aire limpio y sin centrales nucleares cerca; incluso si tenemos la garantía de que el agua que bebemos no está contaminada con metales pesados y el pescado y la carne que comemos está libre de cancerígenos; incluso así el peligro de enfermar existe.
Por supuesto podemos preservar la salud de nuestros hijos mediante una vida sana, un ambiente limpio, una alimentación equilibrada y libre de contaminantes en lo posible, pero además, si queremos disminuir el índice de leucemia, basta con que amamantemos.
Dar el pecho hace que los índices de cáncer y leucemia infantil sean menores, no bastaría si en todo lo demás no nos preocupamos, y puede que dar leche artificial no sea definitorio si cuidamos todo lo demás, pero el simple gesto de amamantar al bebé ya lo protege de la leucemia. Es más seguro, estadísticamente hablando, dar el pecho que guardar la sangre del cordón.
Preocuparnos de que nuestro hijo tenga una alimentación sana, reciba aire puro, haga deporte, no se exponga a químicos o a niveles de contaminación altos y no esté obeso son también muy importantes datos a tener en cuenta. Es más seguro, estadísticamente hablando, mantener una vida sana que guardar la sangre del cordón.

Conservar las células madre del cordón

Decidir si conservamos las células madre del cordón es una decisión personal, en la que hay que valorar toda la información real sobre su utilidad, las diferentes maneras de guardarla, los aspectos de salud que inciden en las enfermedades y, como veremos en el siguiente tema, cuestiones éticas y de salud del recién nacido.
bebé y cordón
La sangre del cordón umbilical es una de las principales fuentes de células madre y contiene un tipo muy específico de células madre conocidas como células madre hematopoyéticas, que se encargan de la formación de los diferentes componentes de la sangre así como de constituir el sistema inmunológico. Ante esto, hay muchas consideraciones a tener en cuenta antes de tomar la decisión de conservar la sangre del cordón umbilical.
Hemos visto algunos aspectos generales sobre las diferentes posibilidades de conservación y los factores de salud que pueden ser tenidos en cuenta sobre el riesgo de las enfermedades tratables con las células madre.
Veremos ahora las implicaciones éticas de las decisiones al respecto de esta cuestión y los verdaderos efectos del pinzamiento precoz del cordón, indispensable para recoger la sangre necesaria.

Consideraciones éticas

Hay muchas otras cosas que deberíamos saber antes de decidirnos a conservar las células madre del cordón y optar, si creemos que debemos hacerlo, por la fórmula que más adecuada nos parezca, teniendo en cuenta también las consideraciones éticas de esta cuestión.
Por un lado, está el dilema ético de que la donación puede ayudar a otras personas a curarse de enfermedades muy graves y conservarlo exclusivamente para que lo use el bebé no es seguro que llegue a ser necesario ni que, siquiera, sirva de algo la autodonación. Mantener la sangre en otro país evitaría que se pueda acceder a ella aunque pudiera salvar la vida de otra persona.
También está el dilema ético de que se haga comercio con partes del cuerpo humano, pues la sangre lo es. Hoy por hoy, de todos modos, hay otros campos de investigación que, razonablemente, pueden dar grandes avances sin el uso de este tipo de células madre para autodonaciones.
Pero por otro, y esto me parece más importante, queda el dilema ético de guardar esta sangre cuando lo natural es que sea destinada directamente al cuerpo del recién nacido. Ya que si no cortamos la sangre de la placenta le llega a su cuerpo como lo hacía unos minutos antes dentro del cuerpo de su madre, la sangre le debería pertenecer a él y no a los padres o los médicos. Sobre todo porque privarlo de ella no es inocuo.

El pinzamiento precoz

Para conservar la sangre suficiente del cordón hay que pinzar el cordón inmediatamente después del nacimiento y luego se procede a su extracción. La sangre que la placenta manda por el cordón al cuerpo del niño no le llega si se pinza y se corta mientras el cordón late, se la quitamos. Por eso es una decisión importante que hay que tomar con todos los datos.
El cuerpo no gasta energías en vano. La placenta es el órgano que ha alimentado al bebé durante nueve meses y tiene, una vez nacido, una última función, mandar al cuerpo del recién nacido oxígeno mientras se aclimata el nuevo mundo, sosteniéndolo bien oxigenado mientras va comenzando a respirar poco a poco.
Además, en esa sangre van nutrientes y un enorme aporte de hierro, que, privando al niño de ello, lo dejará con menos reservas para esos primeros días de vida y sobre todo, con menos hierro en sangre, abocándolo a la posibilidad de padecer anemia durante la lactancia.
Al cortar el cordón privamos al bebé de elementos muy importantes para él en ese momento de su vida, elementos que necesita, no que puede llegar a necesitar en un hipotético caso futuro. Hablo de donaciones para bancos públicos y para el uso personal para el autotrasplante, algo que sigue siendo una promesa.

Las consecuencias del pinzamiento y corte del cordón

Pese a que en algunos casos la sangre del cordón puede ser necesaria, extender esta práctica me parece médica y éticamente muy discutible. Hoy por hoy hay cada vez más centros y profesionales que son conscientes de la importancia de dejar latir el cordón hasta que se pare para asegurar que toda la sangre llega al niño.
Pero también los padres tenemos la responsabilidad de informarnos a fondo sobre las consecuencias reales de la extracción de sangre del cordón para el bebé y podamos decidir de manera responsable ya que la ley no protege al niño al no considerar esa sangre como parte de su organismo.
Entiendo que hay personas que, gracias a una donación, hoy han podido superar una enfermedad tan grave como un cáncer. Pero también pienso que, si hoy conocemos lo importante que es para la salud de los recién nacidos la sangre de su cordón y que la buena práctica es dejarlo latir hasta que se pare, la responsabilidad debería hacernos evitar que se les prive de ella y exigir que se exploren otros campos de investigación, pues curar a los adultos con la sangre que no reciben los niños no me parece que sea el mejor camino que generalizar.

La sangre del cordón es del bebé

La sangre del cordón es de los bebés, si nadie corta el cordón va a llegar a su cuerpo, que la necesita naturalmente. ¿Debemos, los adultos, privarles de ella ahora que sabemos que es necesaria?
Yo no permitiría que a un recién nacido se le hiciera una extracción de sangre de su cuerpo para curar a nadie y, no dejar que la sangre que va a llegarle en unos minutos lo haga cortando el sistema que ha diseñado la Naturaleza para proveerlo de oxígeno y nutrientes, me parece que no es el mejor camino ni es del todo adecuado en todos los casos.
Hoy sabemos que el cordón debe latir y llevar al niño esa sangre, por eso es importante que los padres tengan toda la información necesaria sobre este tema antes de decidirse a conservar las células del cordón, pues, aunque lo hagan con la mejor intención, quizá el perjuicio real sea mayor que el beneficio hipotético. ¿Os dieron toda esa información cuando os planteasteis donar o guardar sangre del cordón?

Conservar las células del cordón umbilical, ¿esnobismo o prevención?

Hasta que salió a la luz que los Príncipes de Asturias lo hicieron al nacer su primera hija, muy pocos conocían la posibilidad de conservar células del cordón umbilical de sus bebés recién nacidos. Hoy sabemos algo más de esta posibilidad. De hecho, según una encuesta realizada por Secuvita, una de los bancos privados que opera en España, un 79,9% conocen la existencia de este procedimiento científico y el 90% de los españoles ha dicho que conservaría las células madre del cordón umbilical de sus hijos.
Sin embargo, todavía es un asunto del que no se informa si uno no pregunta. Creo que aún es visto como una especie de esnobismo de algunos padres, un prejuicio muy habitual con este tipo de cosas que comienzan siendo una excepción y luego acaban extendiéndose.
Es cierto que todavía falta información sobre el procedimiento, sus posibles usos terapéuticos, etc. Si uno no se pone a investigar, no es un asunto a tratar en las consultas prenatales. Como prueba, solamente un 10% de los encuestados confesó haber sido informado de esta posibilidad por su ginecólogo.
La mayoría de los encuestados, un 93,5%, considera que el servicio debería cubrirlo la Seguridad Social, que de momento solamente cubre casos concretos de familias con problemas especiales.
El resto de los padres que quieran conservar las células madre del cordón umbilical por un período de 30 años deben recurrir a alguno de los bancos privados que cobran cerca de 2.ooo euros al momento de la extracción y un mantenimiento de unos 90 euros anuales.
Por su parte, en marzo se aprobó un Plan Nacional de Sangre del Cordón Umbilical con el obejtivo de duplicar las donaciones voluntarias y de ampliar los seis bancos que existen actualmente en España.
Sin duda, es un campo en el que hay un largo camino por delante. Ya se sabe de casos concretos (hemos hablado de algunos en el blog) en los que el autotransplante de células ha conseguido curar a varios niños.
Seguramente en los próximos años salgan descubrimientos asombrosos sobre la utilización de estas células, por lo cual yo también elegiría tener esta especie de seguro de vida para salvar a un hijo por más mínima que pueda ser la posibilidad de necesitarlo.

La leucemia infantil tratada con células madre del cordón umbilical ofrece mayor supervivencia

Un estudio elaborado por científicos norteamericanos muestra los beneficios que encierra la sangre del cordón umbilical con respecto a su utilización en el tratamiento de la leucemia infantil. Según reflejan las estadísticas, se da una mayor tasa de supervivencia en los niños que han sido tratados con células madre de la sangre del cordón umbilical que con otros tratamientos. En el estudio se tomaron los datos de 785 niños menores de 16 años con leucemia linfoblástica aguda o leucemia mieloide aguda que conformaban dos grupos, los tratados con células madre de la sangre del cordón umbilical y los que recibieron un trasplante de médula. Los datos no dejaban lugar a dudas, hasta un 20% más de supervivencia se reflejaba en el grupo que utilizó la sangre del cordón umbilical.
Una característica especial que presenta esta sangre es la posibilidad de ser utilizada sin que sea necesaria una afinidad entre donante y receptor, con los trasplantes de médula ósea es necesario que exista una total compatibilidad. Además, el hecho de poder almacenarla la hace especialmente interesante e importante.


Es mucho mayor la eficacia pero también lo es la rapidez, ya que para un trasplante de médula se necesita encontrar el donante apropiado y con la espera, la enfermedad puede empeorar seriamente el estado de salud del niño. Otra ventaja que ofrece el tratamiento con la sangre del cordón es que existe menor rechazo, aunque sí es verdad que el tratamiento es algo más lento que con el trasplante, pero ya existe un dicho para eso, “sin prisas pero sin pausas”. En varias ocasiones hemos reseñado la importancia que presenta el cordón umbilical y lo interesante que sería conservar este recurso tan preciado para salvar la vida de un bebé.

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