aclaracion sobre la nota de: Dr. Pedro Escudero, gineco-obstetra,
Especialista en sexualidad humana.
eleji el primer caso dado de ser un profesional en el tema sexualidad y funcionalidad organica.. es un misogino ignorante... no existe la nomenclatura medica de fiebre uterina.. es solo una frase popular de mito urbano.....
el sindrome de excitacion sexual. es una patologia y requeire tratameinto fisiologico-clinico y apoyatura psiquiatrica.... si un profesional posee esta ignorancia... pobres mujer lo q han de soportar desde la gente comun y sin cpacitacion en el tema... por suerte hay hombres q no necesitan capacitaciones especiales para ser caballeros y comprensivos.. "para medico se estudia, para idiota no!" (wilf-tsuchida)
Se trata de mujeres que se excitan fácilmente y ante cualquier situación, y que puede durar un largo período de tiempo. Sin embargo, este concepto no está aceptado universalmente, y correspondería a lo que antiguamente, en el lenguaje popular, se llamaba “Fiebre Uterina”.
Se ha definido como Síndrome de Excitación Sexual Permanente a una excitación genital que aparece de pronto y además es persistente; la cual puede estar o no acompañada de orgasmos. Y al contrario de lo que suele creerse, no estaría relacionado con ningún tipo de deseo sexual.
Sin embargo, a juicio del gineco-obstetra, especialista en sexualidad humana, Dr. Pedro Escudero, este concepto no es aceptado universalmente. Y aclara que corresponde a lo que antiguamente, en el lenguaje popular, se llamaba “Fiebre Uterina”. Pero lo cierto es que la intensidad y/ o frecuencia sexual de cada persona, será negativa, sólo cuando se vean afectadas sus relaciones interpersonales, de pareja y sociales, entre otras.
“Este concepto de Síndrome de Excitación Sexual Permanente no es aceptado unánimemente, porque la intensidad y la frecuencia del deseo sexual ofrece una gran gama de variaciones de una persona a otra, sin que por ello, estén fuera de lo denominado normal.
“Hay algunos tumores que estimulan una excesiva producción de andrógenos y ello puede llevar a un aumento desmedido del deseo sexual. Habitualmente, esto se acompaña de signos externos de virilización como aumento del vello corporal en general, aumento del tamaño del clítoris y disminución de algunos caracteres sexuales femeninos secundarios. Estas mujeres se relacionan con un antiguo dicho español que dice: ´Mujer con bozo, amor sabroso´. Lo que da a entender que la mujer que tiene un exceso de vellos es más apasionada en lo sexual”, indica.
Sin embargo, el profesional aclara que en la gran mayoría de los casos, el exceso de vellos no corresponde necesariamente a un aumento de hormonas masculinas, sino pieles que responden más intensamente a niveles normales de hormonas. Y por tanto, no se relaciona necesariamente con una mayor intensidad del deseo sexual.
La segunda causa de un aumento patológico del deseo sexual, son algunas psicopatías. A juicio del ginecólogo, la exacerbación del deseo sexual se puede dar en personas bipolares durante los periodos maniacos, en algunas esquizofrenias u otras personalidades psicopáticas.
“Para estos casos, existen diferentes tratamientos, ya sean quirúrgicos, medicamentosos y psiquiátricos según determine el especialista.
Pero dejando de lado estas dos condiciones, que son excepcionales, el resto pertenece a la gama de las variaciones personales. Así como hay personas que piensan en comida todo el día y otras comen sólo para vivir, lo mismo ocurre con el deseo sexual. Hay quienes tienen una disposición intensa hacia la sexualidad, otras mediana y otras baja”, aclara el doctor.
A modo de ejemplo indica que si una mujer que siente deseos sexuales durante todo el día y todos los días del mes y a causa de ello no puede mantener una vida de pareja, ni trabajar, ni relacionarse socialmente, obviamente está en problemas y estaría dentro de la psicopatía. Pero si al contrario, esa intensidad de deseo sexual no la afecta en forma negativa, no hay inconvenientes. Estaría dentro de “su normalidad”.
“En resumen, la ´normalidad´ o ´anormalidad´ está asociado al grado de complicaciones que eso le incorpore a la vida de la persona, en sus relaciones de pareja, sociales, laborales. Y en su propia paz interior y sentido de la vida. Esto último, que quizás sea lo más importante de todo, tiene que ver más con aspectos culturales, valóricos y religiosos que con lo propiamente médico. Es por ello que en el último Congreso Europeo de Sexología –que fue en abril pasado-, cuando se trató el tema de Hiperactividad sexual o Hipoactividad sexual -dejando fuera los casos de hiper (o hipo) androgenismo o de sicopatía-, fue abordado sólo desde el punto de vista de las complicaciones que eso le trae a la persona en su diario vivir”, concluye.
Dr. Pedro Escudero, gineco-obstetra,
Especialista en sexualidad humana.
Sin embargo, a juicio del gineco-obstetra, especialista en sexualidad humana, Dr. Pedro Escudero, este concepto no es aceptado universalmente. Y aclara que corresponde a lo que antiguamente, en el lenguaje popular, se llamaba “Fiebre Uterina”. Pero lo cierto es que la intensidad y/ o frecuencia sexual de cada persona, será negativa, sólo cuando se vean afectadas sus relaciones interpersonales, de pareja y sociales, entre otras.
“Este concepto de Síndrome de Excitación Sexual Permanente no es aceptado unánimemente, porque la intensidad y la frecuencia del deseo sexual ofrece una gran gama de variaciones de una persona a otra, sin que por ello, estén fuera de lo denominado normal.
Casos patológicos
Existen casos patológicos o clasificados fuera de lo normal, pero - según indica el facultativo -, son muy excepcionales. Según él, éstos se pueden dar en algunas mujeres que presentan tumores ováricos o suprarrenales productores de elevados niveles de andrógenos (hormonas masculinas) que tienden a provocar excitación sexual. Cabe señalar que toda mujer normal produce andrógenos, aunque en cantidades menores.“Hay algunos tumores que estimulan una excesiva producción de andrógenos y ello puede llevar a un aumento desmedido del deseo sexual. Habitualmente, esto se acompaña de signos externos de virilización como aumento del vello corporal en general, aumento del tamaño del clítoris y disminución de algunos caracteres sexuales femeninos secundarios. Estas mujeres se relacionan con un antiguo dicho español que dice: ´Mujer con bozo, amor sabroso´. Lo que da a entender que la mujer que tiene un exceso de vellos es más apasionada en lo sexual”, indica.
Sin embargo, el profesional aclara que en la gran mayoría de los casos, el exceso de vellos no corresponde necesariamente a un aumento de hormonas masculinas, sino pieles que responden más intensamente a niveles normales de hormonas. Y por tanto, no se relaciona necesariamente con una mayor intensidad del deseo sexual.
La segunda causa de un aumento patológico del deseo sexual, son algunas psicopatías. A juicio del ginecólogo, la exacerbación del deseo sexual se puede dar en personas bipolares durante los periodos maniacos, en algunas esquizofrenias u otras personalidades psicopáticas.
“Para estos casos, existen diferentes tratamientos, ya sean quirúrgicos, medicamentosos y psiquiátricos según determine el especialista.
Pero dejando de lado estas dos condiciones, que son excepcionales, el resto pertenece a la gama de las variaciones personales. Así como hay personas que piensan en comida todo el día y otras comen sólo para vivir, lo mismo ocurre con el deseo sexual. Hay quienes tienen una disposición intensa hacia la sexualidad, otras mediana y otras baja”, aclara el doctor.
Pero, ¿hasta dónde está el límite de lo normal?
A juicio del especialista en sexualidad, el término “normal” prácticamente ya no se usa, porque es inadecuado. “Lo importante es que ese deseo sexual –ya sea alto, mediano o bajo-, no le complique la vida a la persona, ni a su entorno. Entonces, la normalidad o anormalidad está dada en relación a si le afecta positiva o negativamente en su vida, en sus relaciones de pareja, sociales y laborales, entre otras”, especifica.A modo de ejemplo indica que si una mujer que siente deseos sexuales durante todo el día y todos los días del mes y a causa de ello no puede mantener una vida de pareja, ni trabajar, ni relacionarse socialmente, obviamente está en problemas y estaría dentro de la psicopatía. Pero si al contrario, esa intensidad de deseo sexual no la afecta en forma negativa, no hay inconvenientes. Estaría dentro de “su normalidad”.
“En resumen, la ´normalidad´ o ´anormalidad´ está asociado al grado de complicaciones que eso le incorpore a la vida de la persona, en sus relaciones de pareja, sociales, laborales. Y en su propia paz interior y sentido de la vida. Esto último, que quizás sea lo más importante de todo, tiene que ver más con aspectos culturales, valóricos y religiosos que con lo propiamente médico. Es por ello que en el último Congreso Europeo de Sexología –que fue en abril pasado-, cuando se trató el tema de Hiperactividad sexual o Hipoactividad sexual -dejando fuera los casos de hiper (o hipo) androgenismo o de sicopatía-, fue abordado sólo desde el punto de vista de las complicaciones que eso le trae a la persona en su diario vivir”, concluye.
Dr. Pedro Escudero, gineco-obstetra,
Especialista en sexualidad humana.
La excitación sexual exagerada y permanente no es un placer sino un trastorno
"Es una disfunción rara que se caracteriza por la presencia de tensión genital y excitabilidad pero sin que exista deseo. Esta situación no siempre desemboca en un orgasmo y, aunque lo haga, la sensación no suele desaparecer, sigue sin resolverse", explica Francisco Cabello Santamaría, director del Instituto Andaluz de Sexología y Psicología.
Recientemente descrito, este síndrome ya se considera una disfunción sexual, "tal y como quedó descrito en el último consenso internacional celebrado en París en 2003", aclara el citado especialista, y se espera que sea incluido en un futuro dentro del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM, en sus siglas en inglés), en el que se compilan todos los problemas psíquicos.
No es multiorgasmia
Tanto ginecólogos como sexólogos inciden en que este síndrome no debe confundirse ni con la adicción al sexo, que se caracteriza por la constante necesidad de mantener relaciones, ni con la anorgasmia o imposibilidad de alcanzar el clímax. También es distinto de la multiorgasmia, un fenómeno que de por sí no es patológico y que se basa en la posibilidad de culminar varias veces seguidas.
"Si una mujer se estimula y cuenta con unos buenos niveles hormonales puede tener muchos orgasmos al día", sostiene este médico, psicólogo y sexólogo. Precisamente, esta semana ha saltado a la luz el caso de Michelle Thompson, una británica que afirma tener 300 orgasmos al día.
La clave del PGAD es que las mujeres que lo sufren se encuentran en un constante estado preorgásmico que, en ningún caso, se relaciona con la presencia de deseo sexual. Lejos de resultar grata, la sensación es desagradable y molesta. "El sentimiento no es el de una excitación sexual normal y placentera, tiene más que ver con el dolor genital", explica una paciente, cuyo caso recoge 'The Journal of Sexual Medicine'.
Lo más habitual es que las mujeres acudan a la consulta del ginecólogo alegando insatisfacción o dolor durante la penetración y no una excitación permanente. "En mis 26 años de carrera profesional, habré visto como mucho tres casos", apunta Cabello Santamaría. "Yo sólo he visto el caso de un hombre que eyaculaba con mucha frecuencia", añade Lourdes Parajón, psicóloga del Ruber Internacional (Madrid).
Un gran desconocido
Se conoce más bien poco sobre un trastorno que se ha relacionado con la presencia de malformaciones o tumores en la zona genital; con el consumo de psicofármacos (como algunos antidepresivos); con cambios vasculares, problemas neurológicos o incluso epilépticos. "Una paciente presentaba este cuadro, incluso teníamos que anestesiarla para que pudiese soportarlo.
Después de varias pruebas, nos dimos cuenta de que era epiléptica y que la excitación se relacionaba con eso", apunta Javier Haya, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Santa Cristina de Madrid.
En el caso del director del Instituto Andaluz de Sexología, "las pacientes tenían entre 30 y 45 años y solían presentar esta excitabilidad, caracterizada por un tintineo, una tensión genital sostenida, sobre todo cuando se encontraban somnolientas o cansadas". Esta circunstancia resulta bastante sorprendente ya que el agotamiento suele ser un factor contrario al despertar sexual.
El actual desconocimiento de la etiología, o las causas, de este síndrome se traduce en una falta de protocolos de actuación. Si bien en el caso de la mujer epiléptica se optó por el tratamiento establecido para abordar la citada enfermedad neurológica, en la mayoría de los casos los profesionales se encuentran perdidos y optan por probar con distintas terapias: anestésicos locales asociados al mentol –"para que aporten una sensación de frescor", apunta el especialista andaluz–; fármacos inhibidores de la recaptación de serotonina (que curiosamente también están considerados como posible causa del trastorno) o medicamentos hormonales antiandrógenos.
"He llegado a dormir con un paquete de hielo entre las piernas", indica la paciente protagonista del estudio aparecido en la revista de la Sociedad Internacional de Medicina Sexual.
La ayuda psicológica es otra de las opciones más recomendadas. "Parece como si su sexualidad fuera infantil y poco erotizada. Se excitan, por ejemplo, con sólo cruzar las piernas. Es similar a lo que les ocurre a los niños pequeños, que tienen orgasmos que responden a estímulos no sexuales. Sólo obtienen placer físico, no emocional.
La insatisfacción que eso produce a estas mujeres puede ser terrorífica", sostiene Rosario Castaño psicóloga clínica y sexóloga del Instituto Palacios (Madrid). De hecho, son varias las pacientes que acaban cayendo en una depresión e incluso presentando ideas suicidas. Su trastorno se entromete de lleno en su día a día y no sólo les impide llevar un ritmo de vida normal sino que también interfiere en sus relaciones de pareja. "
Suele ir acompañado de sentimientos de lástima, culpa, frustración, angustia y una reducción general de la satisfacción sexual", apunta Cesare Battaglia, autor de una investigación sobre el tema, también publicada en 'Journal of Sexual Medicine'. En ella se describe el caso de una mujer de 29 años y se plantea una posible relación entre su disfunción sexual y un antidepresivo (trazodona).
El citado documento científico, firmado por Battaglia y Stefano Venturoli, ambos miembros de la Universidad de Bolonia (Italia), arroja cierta luz sobre otra posible causa del trastorno.
Tras realizar distintas pruebas médicas, se pudo identificar que la paciente sufría una erección del clítoris similar a la que presentan en el pene los hombres con priapismo o erección sostenida. Precisamente, uno de los principales obstáculos en el abordaje de este síndrome es que no se pueden observar síntomas físicos evidentes, como sí ocurre en los hombres.
Consejos para llevar una vida sexual sana
El orgasmo es esa cima que buscan todas las parejas sexuales. En las mujeres, como explica Francisco Cabello Santamaría, director del Instituto Andaluz de Sexología y Psicología, es como "una mini crisis epiléptica en el septum; el orgasmo se produce en el cerebro. A continuación, el estímulo neurológico se transmite hasta la zona vaginal, donde provoca entre cinco y 15 contracciones, a intervalos de 0,8 segundos". ¿Qué se puede hacer para asegurar su aparición? Los expertos dan algunos consejos.
- Sentimientos: "El principal órgano sexual es el cerebro. El placer no sólo lo da la parte genital, sino también la emocional", indica la ginecóloga María Jesús Cancelo, del Hospital Universitario de Guadalajara.
- Comunicación: En las relaciones sexuales no valen los tabúes. Para poder disfrutar, se torna esencial la buena comunicación con la pareja. "Hay que contar lo que nos gusta y en función de eso crear un mapa sensorial. Y, de vez en cuando, modificar el guión, crear fantasías eróticas", propone Cabello Santamaría.
- Dieta y ejercicio: El sobrepeso, el tabaquismo o la falta de ejercicio físico pueden llegar a ser un obstáculo en el sexo.
- Relajación: El estrés mental y el nivel de nerviosismo por los problemas cotidianos también son enemigos del placer. De hecho, parece que las mejores relaciones se mantienen en los momentos de ocio.
- Anticonceptivos: Tanto para evitar embarazos no deseados como enfermedades de transmisión sexual, la pareja debe hablar y resolver el tema de la anticoncepción. Él, ella o ambos deben tomar medidas.
excitacion sexual permanente caso clinico
A raíz del caso de la mujer estadounidense que es capaz de experimentar hasta 300 orgasmos espontáneos en un día –trayéndole esto problemas en el trabajo y con sus parejas– se ha desatado con gran polémica el tema de este raro trastorno sexual, conocido como Síndrome de Excitación Sexual Persistente (Psas).
Hay que diferenciar esta disfunción sexual de otro trastorno llamado ninfomanía o hipersexualidad, en el cual las mujeres que lo padecen tienen un apetito sexual exacerbado y compulsivo que las lleva a tener al sexo como eje principal de sus vidas, ocasionándole muchos problemas.
En el caso del Síndrome de Excitación Sexual Persistente, las mujeres que lo presentan nunca se sienten satisfechas sexualmente, por más que consigan orgasmos, provocándole esto una enorme frustración y perjudicando seriamente su vida social, laboral y de pareja.
Esta excitación física puede durar días, semanas y hasta meses. Si bien en algunos casos con el orgasmo se pueden calmar temporalmente los síntomas, estos regresan en cuestión de horas, según lo han reportado las personas afectadas. Las mujeres que lo sufren buscan en el sexo y en la masturbación un medio para calmar su insatisfacción sexual constante, pero por más relaciones sexuales que tengan o masturbaciones que ellas practiquen nunca consiguen quedarse satisfechas.
AVERGONZADAS
Muchas de las mujeres que lo sufren sienten vergüenza al contar su problema y de consultar con un profesional, por lo que se cree que en el mundo existen muchos más casos que los oficialmente reportados.
Este es uno de los trastornos que más inquieta a los sexólogos, especialistas en salud mental y por supuesto a las mujeres que lo padecen, que aún no saben si se debe a un problema mental u orgánico.
CAUSAS
Se cree que puede deberse a una irregularidad en los nervios sensoriales, que afectaría a las mujeres post menopáusicas, o aquellas que están realizando algún tratamiento hormonal.
En el tratamiento se utilizan sedantes y tratamiento psicológico para ayudar a calmar los síntomas y a mejorar la calidad de vida de la persona afectada.
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