domingo, 8 de enero de 2012

La Oscuridad que Engorda: Para nutrucionistas con valores cientificos.


de prosalud, el Domingo, 8 de enero de 2012 a la(s) 10:54
Natura non facit saltum. (Carl Linnæus 1707-1778)
Para dar comienzo a esta disertación nos parece necesario recordar el concepto axiomático que reza de esta manera: "comer para garantizar nuestra supervivencia, no puede resultar en la complicación peligrosa y deformante de la obesidad. Porque, de así serlo, resultaría en arruinar el mismoobjetivo que propone servir". (fefl, 2011)

El "árbol de la vida"
Vivir de manera virtuosa y pía, para disfrutar del infierno, sería el concepto paralelo a la susodicha premisa.
Pero, en la eventualidad de que pudiera ser de tal manera --- para nuestra seguridad personal --- mejor sería evitar la comida en todas sus formas como tantas anoréxicas, tratan de hacerlo, por razones distintas.

Comer para morir: ¿Un oxímoron?
En este sentido, el concepto de que el alimento, en forma de ingesta normal, puede engordarnos, es un oxímoron drástico. Porque la gordura para nuestro género es perjudicial y aberrante.
Comer para engordar = comer para morir.
Pero, a pesar de todas las reservaciones de índole filosóficas expresadas, la comida, como actividad y función, como acostumbramos comer, nos engorda. Y --- hoy por hoy --- nos conlleva a la obesidad inevitable.
Veamos, entonces, cómo y de qué otra --- inesperada manera --- la comida logra engordarnos.

Pinzones de Darwin
Para entender los mecanismos que explican el modo cómo la comida, abandona su propósito de preservar nuestras vidas, destruyéndolas con la gordura, es necesario analizar modelos animales y sus tácticas de comer. Como igualmente nos asiste en este propósito el entendimiento delcomportamiento de poblaciones que han sido afectadas, de manera negativa, por nuestros cambios de dieta y adopción de estilos de vida nocturna para los que no estábamos naturalmente programados.
Es necesario recalcar en esta coyuntura, que estos son temas que ya hemos agotado y divulgado en previas ponencias. 
Para cada especie existe un estilo de vida y una estrategia de alimentación designadas: Lo que significa que no es bueno comer lo que se nos antoja como tampoco lo es comer cuando se nos antoja, haciéndolo a deshoras
Nuestros hábitos en materias de comer y de reproducción son regulados por "relojes internos" que obedecen al fenómeno de los biorritmos, que a su vez son controlados por las influencias de los astros que nos circundan: Especialmente, por el sol y la luna.
En nuestra especie contamos con la presencia del ciclo catamenial, como asimismo disfrutamos de los efectos de la menopausia femenina, ambos, putativamente reglamentados por impulsos biológicos y bajo influencia del movimiento de los astros.

Pyrococcus furiosus
Como resultado de este designio, unos géneros son de hábitos diurnos mientras que otros son nocturnos. Unos procuran de comer durante horas del día, mientras otros duermen y viceversa.
Así todos se dividen el espacio ecológico disponible, de manera equitativa.
La Madre Naturaleza, provee igualmente y con imparcialidad ejemplar, en lo bueno y en lo malo, para todos sus hijos.
Unas especies hibernan y otras migran. Unas viven exclusivamente de eucaliptos, mientras que otras de todo comen sin distinción.
Nuestra especie, H. sapiens sapiens, ostenta entre todas las demás estirpes conocidas, la gloria dudosa de poseer los hábitos más indiscriminados de comer.
Entra Darwin
Darwin parece haber intuido la importancia del fenómeno de la multiplicidad de las estrategias alimenticias entre los géneros, aunque no dejara evidencia de haberlo comprendido del todo.
Los pinzones que el naturalista observara durante su visita a las Islas Galápagos--- y cuyas presiones adaptivas el famoso investigador no lograría entender --- son propulsados de manera efectiva por cambios climáticos y de dieta que los obligan a amoldarse a condiciones de un entorno, a veces hostil, y siempre en estado de inestabilidad y cambio. Por esa misma razón sus mutaciones adaptivas son rápidas, mientras que sus estilos y horarios de alimentación varían entre las diversas variedades estudiadas. 

La luz y el dilema del omnívoro
Nuestras premisas para aspectos del entendimiento de la obesidad humana, han derivado de las inferencias de que algunas especies están circunscritas por modos de subsistencia especializadas, que excluyen para ellas el uso de otras comidas y tiempos de comer. Mientras que las de estrategia omnívora, sin horarios rígidos de alimentación --- como la característica de nuestro género --- deben de utilizar todo lo que la Naturaleza ofrece --- en la oportunidad presentada --- y en orden ascendiente de equilibrada abundancia, ya que resulta más económico reponer, para consumirlo, un saltamontes que una vaca, a cualquier hora del día o de la noche. (Neel JV (1962). "Diabetes mellitus: a "thrifty" genotype rendered detrimental by "progress"?"Am. J. Hum. Genet. 14: 353–62.PMC 1932342. PMID 13937884.)

Thermus aquaticus
Nuestro género de todo se alimenta, desde insectos, vegetales, frutas, pequeños crustáceos, peces marinos y de ríos, hasta llegar a animales de gran tamaño, los que en tiempos remotos, hiciéramos presa por medio de nuestras dotes de astucia e inventiva natural.
El uso del patrón alimenticio característico de nuestro linaje se define cabalmente en nuestro sistema de ECHA 

Para subrayar nuestros propósitos en esta lección, y antes de proseguir, reproducimos la descripción de un grupo de seres vivientes cuyas adaptaciones y hábitos alimenticios desafían nuestros entendimientos prácticos. Ya que se apartan de los, comúnmente, por nosotros conocidos, y con los que somos familiares.
Por lo sabido, en estos géneros no existen los especímenes gordos.
Darwin tampoco imaginó que estas especies existieran.
En sus lucubraciones el ilustre naturalista no pudo anticipar su existencia, por ello no pudo considerar su impacto posible en la evolución de las especies por vía de la selección natural.
De haberlos vistos, Darwin hubiese resultado desconcertado, ya que sus presencias, durante sus tiempos, eran insospechadas. Sin embargo acceso a entendimientos ancilares --- similares a éstos --- como serían las ideas propuestas por el monje Gregor Mendel --- hubieran favorecido al sabio naturalista en sus deliberaciones acerca de la selección natural.
Hablemos, entonces, de los Extremófilos: Organismos cuya alimentación y hábitos constituyen, para nosotros, misterios indescifrables
Extremófilo
Un extremófilo (de extremo y la palabra griega f??ía=afecto, amor, es decir "amante de -condiciones- extremas") es un microorganismo que vive en condiciones extremas, entendiéndose por tales aquellas que son muy diferentes a las que viven la mayoría de las formas de vida en la Tierra.

Nuestras noches compiten con la luz del día incidiendo en la frecuencia de ciertos cánceres y en la obesidad
Hasta hace poco tiempo se pensaba que en los lugares donde crecen los extremófilos era imposible que hubiera vida. Por ejemplo, en las aguas enormemente ácidas del río Tinto; muchas pertenecen al dominio Archaea.
Las enzimas que poseen los extremófilos (apodadas extremo enzimas) son funcionales cuando otras no lo son.
Podemos hacer la siguiente clasificación:
Anhidrobiosis: Viven en ausencia de agua. Ejemplo: Selaginella lepidophylla
Acidófilo: Se desarrollan en ambientes de alta acidez, como el Picrophilus, los organismos de la cuenca del Río Tinto, en Huelva, o la arquea que habita en una mina californiana llamada Iron Mountain, que crece en PH negativo.
Alcalófilo: Se desarrollan en ambientes muy alcalinos (básicos).
Barófilo: Se desarrollan en ambientes con presión muy alta.
Halófilo: Se desarrollan en ambientes hipersalinos, como las del género Halobacterium, que viven en entornos como el Mar Muerto.
Endolito: Organismo de suelos profundos. Viven a muchos metros bajo el suelo, incluso en medio de rocas.
Psicrófilo: Se desarrollan en ambientes de temperatura muy fría, como la Polaromonas vacuolata.
Radiófilo: Soportan gran cantidad de radiación, como la bacteria Deinococcus radiodurans o unos microbios recogidos en los acantilados de Devon,Inglaterra, que consiguieron sobrevivir casi 600 días expuestos a los rayos cósmicos y sin oxígeno.

Animal nocturno
Termófilo: Se desarrollan en ambientes a temperaturas superiores a 45 °C, algunos de ellos, los hipertermófilos tienen su temperatura óptima de crecimiento por encima de los 80 °C., como el Pyrococcus furiosus.
Xerófilo: Se desarrollan en ambientes con muy baja humedad.
Los tardígrados, que se deshidratan para quedar como muertos durante cientos de años en condiciones de criptobiosis y pueden resistir en el espacio.
Algunas bacterias pertenecen a varios de estos grupos. La mayor parte de los extremófilos son microrganismos, hay archaeas (arqueobacterias), procariotas (bacterias) y eucariotas. Su pequeño tamaño y el hecho de que su metabolismo es muy adaptable ha permitido que colonicen ambientes que son mortales para seres pluricelulares. Aunque hay que señalar que también hay organismos pluricelulares, sobre todo entre los barófilos. Es especialmente destacable el caso de los tardígrados, micrometazoos capaces de sobrevivir en diversas condiciones de criptobiosis (anoxi, anhidro y osmobiosis).
Un hecho curioso es que estudiando los extremófilos de Yellowstone (fuentes termales: termófilos) el Dr. Brock de la Universidad de Madison (Wisconsin) encontró la bacteria Thermus aquaticus. Por ser resistente al calor, permitió desarrollar la técnica de Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) que ha sido fundamental para el desarrollo de la ingeniería genética.
Recientemente se ha descubierto en el lago Mono, California, un nuevo organismo que sustituye el fósforo para funcionar con arsénico, el GFAJ-1El.
El estudio de los microorganismos extremófilos es importante también para disciplinas como la Exobiología e incluso para la Ecología, porque estas formas de vida pueden degradar materias consideradas perjudiciales para el entorno natural.

Prosiguiendo
Para nosotros, nuestra adaptación primordial, en contraste con otros géneros, consistiría en la capacidad con la que estamos dotados de poderacumular grasa, temporalmente, mientras aprovechamos la luz solar para procurar sustento.

No un animal nocturno
Para nuestro detrimento, y para el del perímetro de nuestra circunferencia ventral, lo último ha cambiado en nuestro mundo civilizado. Mundo iluminado noche y día, por luz artificial de varias intensidades.
Para el récord, es importante saber que la intensidad medida de la luz solar es de 200,000 lux.
En el espacio que sigue --- como centro fundamental de esta tesis, resumimos un estudio, que, aunque se haya conducido en otra especie animal --- cuando se extrapolan sus resultados, los investigadores que lo condujeran creyeron, sin suministrar la evidencia requerida para soportar sus aserciones, que son aplicables a la manera de cómo nuestra especie engorda en relación a la disponibilidad de la luminosidad ambiental.
Yo lo apodo: "El lado oscuro de la iluminación artificial"
"Ratones robados de la oscuridad engordan: La hora del día puede afectar el impacto de las calorías" ("Mice robbed of darkness fatten up: Time of day can affect calories' impact")
Este fue el título de la investigación en español y en inglés.
Ahora, procedamos.
La exposición persistente a la luz artificial mientras se come, puede resultar en ganar de peso, aun sin hacer cambios en la actividad física o en la cantidad de comida ingerida, de acuerdo a estudios recientes conducidos en ratones.
La iluminación artificial, por supuesto, es tan ubicua en nuestras vidas modernas, y en las de los ratones --- y otras pestes que nos circundan --- como lo es la misma luz solar.

La polución luminosa ha sido el objeto de muchas indagaciones que la correlacionan con efectos negativos en nuestra salud. (Un inventario de referencias al respecto se provee en la lista de artículos que acompaña este trabajo.)
Para comenzar esta sección, es preciso hacer constancia del hecho de que nosotros ya habíamos proporcionado --- ha mucho tiempo --- solución hipotética al enigma propuesto por la indagación bajo escrutinio. Lo que hiciéramos por medio del uso de aplicaciones derivadas del entendimiento de la selección natural y del estudio de los biorritmos que regulan las actividades vitales de todas las especies. (Para información adicional acerca de estamateria, consulten la bibliografía al final de esta lección.)
Prosigamos entonces, examinando, de manera crítica, el material que el estudio bajo consideración nos proporciona
Los autores del artículo determinaron que ratones --- que se alimentaban mientras eran expuestos a luz artificial tenue, haciéndolo durante las horas nocturnas, por más de ocho semanas --- poseían una masa corporal mayor de un 50% de la que caracterizaran a ratones que se alimentaban en un entorno estándar de ciclo luz-oscuridad normal.
Opinan los autores, que --- a pesar de que no existieran diferencias entre los niveles de actividad cotidianos de los roedores ni en la cantidad de alimento ingerido --- los animales que comieron bajo iluminación nocturna tenue, estaban engordando de manera ostensible, comparados con otros.
El reporte aparecerá el próximo mes de octubre en Proceedings of the National Academy of Sciences.
Para los investigadores, la variable en necesidad urgente de clarificación, resultó ser el enigma de que si los animales no eran menos activos ni comían más, cuál sería el factor que explicara el aumento inesperado de su peso, ya que la luz artificial no engorda.

Biorritmos
La explicación ofrecida fue que los resultados del estudio sugieren que los roedores que se alimentaban bajo luz artificial, comían bajo condiciones para la que no estaban constituidos biológicamente y que este factor era responsable por el aumento de peso.
Lo que, como explanación, es dubitable a la vez que oscura
Los ratones --- animales nocturnos --- normalmente procuran sus alimentos en la penumbra total, y no bajo las sombras relativas provenientes de la luz menguada. Lo que, por ser extraño, puede añadir un elemento "de lo desconocido" para ellos, con la alarma resultante, y que puede provocar respuestas estresantes afines a las de pelea o huye con las que somos familiares, leyendo mis escritos.
Este estrés, y, no la luz que lo provoca, hacen que ciertos animales coman más y aumenten de peso.

¿Causa o cura de la obesidad?
En otra investigación, ratones expuestos a luz nocturna --- pero cuya comida disponible estaba restringida a las horas normales en que ellos acostumbran comer en el laboratorio --- no ganaron más peso que ratones que vivían en un ciclo normal de oscuridad y de luz.
Debemos recalcar, a medida que revisamos la metodología empleada en estas investigaciones, que el género a que, los roedores utilizados en los estudios, pertenecen, es el de animales de hábito nocturno, cuyo ritmo de comer fuera alterado artificialmente.
Lo que resulta en proporcionar un componente estresante, que no fuera controlado en los experimentos, y que pone muchos de los resultados y conclusiones derivadas, en duda.
Incidentalmente, otra forma de estrés, que creemos hubiese logrado el mismo resultado en el aumento de peso, sería haber sujetado las colas retorcidas de los animales investigados con un clip de papeles, causándoles dolor. 

A los científicos les pareció que algún factor misterioso, existente en la iluminación nocturna, estaba induciendo a los animales en cuestión, a apetecer comida a tiempos desacertados. Lo que, a su vez, por la incapacidad por parte de los ratones de metabolizar lo ingerido de manera proporcionada, resultaría en su incremento de peso.
Situación similar a la que ocurriera cuando, como seres humanos, nos alimentáramos en las noches de las selvas del pleistoceno --- trastornando nuestros hábitos diurnos --- mientras que huyéramos, en escape de desastres naturales.
Entonces, comíamos a horas desacostumbradas, porque teníamos que comer. Lo que, a su vez, produjera estrés y lo que nos hiciera metabolizar más eficiente lo comido, como sucede en tiempos de carestía o peligro.
En otras palabras, que --- como hemos demostrado --- el estrés hace que ganemos libras de peso, de manera incidental, como los resultados accidentales del estudio, demostrara ocurriera en los ratones.
Hay que tener en cuenta que los animales en los ensayos bajo consideración inmediata, no tenían opciones en la determinación de las horas cuando se les ofrecía alimento, y que la vida enjaulada en los laboratorios donde se los hospedara --- con iluminación artificial, a menudo, constante --- tampoco representaba su hábitat normal.
Lo que es, igualmente, estresante.

Favorito deporte de algunos
Aplicaciones propuestas de los hallazgos reportados
Si los resultados obtenidos se confirman en seres humanos --- opinaron los investigadores --- éstos sugerirían que comer durante horas de la noche puede representar un factor de riesgo para el desarrollo de la obesidad, incluyendo la variedad humana. Igual a como en tiempos pasados, nosotros hubiéramos establecido empíricamente, pero lo que hiciéramos razonando de maneras totalmente diferentes a las seguidas por los autores del presente estudio.
Lo que confirma mi apotegma de que no todas las calorías son iguales.
Prosiguiendo
En un protocolo experimental, los ratones fueron mantenidos en una de tres condiciones:
  • 24 horas de iluminación continua (lo que es anormal para esta especie)
  • Un ciclo estándar de luz-oscuridad (16 horas de luminosidad a 150 lux, y ocho horas de oscuridad), lo que tampoco resulta ser lo normal para ellos
  • Ó 16 horas de luz del día y ocho de iluminación tenue (aproximadamente 5 lux) por las noches, asimismo innatural para los roedores.
Como parte de la metodología utilizada, los científicos establecieron cuánta comida los animales ingerían cada día. Como asimismo determinaron la cantidad de energía consumida por ellos en sus merodeos cotidianos dentro de sus jaulas.
El índice de masa corporal se calculó semanalmente.
Los resultados demostraron que, comparados con los ratones en el ciclo estándar de iluminación-oscuridad, los que vivieron en el ambiente de luz reducida vesperal, revelaron un aumento significativo de masa corporal, comenzando durante la primera semana del experimento y continuando por la duración total del mismo.
Lo que indica que las condiciones necesarias para aumentar de peso estaban presentes desde el inicio del examen.
Hacia la conclusión de la prueba, los ratones con la iluminación nocturna habían acumulado 12 gramos de masa corporal, comparado con 8 gramos por los que permanecieron en el ciclo luz-oscuridad natural.
Ratones mantenidos bajo constante luz brillante, también acumularon más peso que los que estuvieron en el normativo ciclo de luz-oscuridad. Los investigadores aduciendo que la luz atenuada por las noches replicaba con mayor precisión la luz nocturna que seres humanos ordinariamente reciben. (Lo que es debatible por la intensidad normal de la iluminación que en todas partes se utiliza, y además por el hecho de que aquí se habla de diferentes especies, y sin que la humana estuviese bajo observación directa.)

Glándula pineal
Los roedores sometidos a la luz nocturna reducida, mostraron niveles mayores de grasa en el epidídimo y una tolerancia anormal a la glucosa, ambos, factores pronosticadores de la diabetes, enfermedad asociada con el desarrollo incipiente de la obesidad.
A pesar de que los ratones bajo condiciones de iluminación nocturna atenuada, no comieron más que los demás, éstos aumentaron de peso, demostraron los resultados. Lo que contradice el sistema fiduciario y el conteo de calorías. (Véanse mis contribuciones al respecto.)
La luz del día, para ciertas especies, importa… e importa mucho
Los ratones, siendo animales nocturnales, consideramos lógico asumir, que ellos consumirían mayor cantidad de alimento durante las horas negras, como representativo de su estrategia natural especie-específica.
Sin embargo, los roedores expuestos a la luz nocturna atenuada consumieron 55 por ciento de sus comidas durante las horas del día, en plena luz, comparado con solo 36 por ciento de lo que hicieran los ratones viviendo en el ciclo estándar de luz-oscuridad.
Lo que exige, por parte de los autores del estudio, aclaración debida.
Para explicarlo, los investigadores decidieron que --- ya que el tiempo de comer pareciera significante para el desarrollo del incremento ponderal --- conducir un segundo estudio, similar al primero, con una importante diferencia: en lugar de proporcionar comida disponible todo el tiempo, la provisión de la misma fue restringida a tiempos cuando los animales normalmente estuvieran activos o cuando ellos habitualmente reposaran.

No su entorno normal
El tiempo crítico de cuándo se come influye en el aumento de peso: Ya que la luz per se --- por lo menos --- en teoría, no puede engordar
En este nuevo experimento, los ratones expuestos a la luz atenuada, cuando su comida era restringida a las horas en las cuales normalmente estarían activos, no demostraron una ganancia en la masa corporal similar a como hicieran los otros.
Igualmente, cuando las comidas eran limitadas a las horas en que los animales normalmente comieran, no se detectaron ganancias de peso.
Lo que añade soporte a la impresión de que el tiempo del consumo de la comida es crítico para el aumento de peso en ciertas especies, la nuestra incluida.
Los hallazgos asimismo fueron consistentes con que los niveles de la corticosterona, una hormona del estrés, no eran diferentes en los ratones de luminiscencia nocturna reducida, comparados con los del ciclo de luz-oscuridad.
Lo último es relevante, conjeturaron los investigadores, porque la corticosterona se ha asociado con cambios en el metabolismo.
Este simple hallazgo les proporcionaba a los científicos, toda la evidencia necesaria para concluir, que, por no haberse demostrado cambios en los niveles de la única hormona, por ellos determinada, que el estrés careciera de rol decisivo en el aumento de peso. Lo que permanece irresuelto y debatible.

Animales de hábitos diurnos
Entonces, ¿cómo la luz nocturna causa alteraciones en el metabolismo? Si es que sea cierto que la iluminación artificial es el agente responsable por las mismas.
Los investigadores postulan que en este caso, la luz perturba los niveles de la melatonina, hormona la que sabemos --- como lo hacen otras hormonas --- que está igualmente involucrada en el control del metabolismo.
En adición, ellos especularon, que es posible que exista una disrupción en los genes que controlan los biorritmos, que determinan cuando los animales comen y cuando están activos. Lo que no han podido sustanciar.
Acerca de lo último podemos afirmar que en algunos lugares, dedicados a la exploración científica, cuando una explanación se dificulta, siempre suelen imputarse --- como solución al dilema --- los factores genéticos, o mejor aún, los epigenéticos, aunque la presencia de los mismos no puedan corroborarse.
Concluyendo: en lo que coincidimos y en lo que no lo hacemos acerca de los resultados obtenidos en estos estudios
En general, los hallazgos obtenidos soportan nuestras formulaciones de que la hora de comer es factor determinante en la obesidad. Como de igual manera, es posible que ésta sea factor contribuyente en la variedad epidémica que actualmente nos acosa en los países occidentales.
Lo que no podemos ignorar es la naturaleza de la actividad misma de comer, cuando el estrés la determina, algo que en el estudio se soslaya.
Que la luz nocturna es un factor del entorno que puede contribuir de manera significante a la obesidad, resultó ser algo, que nadie, ni aun los "expertos" anticiparan, y que tampoco entendieron.
Este tipo de obesidad está relacionada con muchos factores, incluyendo el tipo y la duración de la exposición y el efecto estresante de la iluminación nocturnal.

Chimenea volcánica submarina, repleta de microbios, posiblemente donde la vida del planeta tuvo su origen (http://www.greenfudge.org/2010/04/13/worlds-deepest-volcanic-vent-may-hold-the-answers-to-the-origin-of-life/)
En el pasado --- los científicos habían asociado el uso prolongado de las computadoras y el mirar la televisión durante horas de la noche --- los que acoplados con la falta de actividad física, y combinados con la ingestión de comida pesada, se consideraban responsables de la producción de la obesidad, lo que hoy se pone en duda.
Es muy posible que la gente que usa las computadoras y miran la televisión por las noches, puede que asimismo coman durante horas equivocadas para su estrategia alimenticia, causando trastornos a sus metabolismos, explican ellos.
Lo que, para nosotros, involucra la existencia de un factor ambiental, que desencadena el estrés que, a su vez, es responsable por la acumulación ponderal.
http://www.sciencenews.org/index/generic/activity/view/id/64210/title/Mice_robbed_of_darkness_fatten_up
Para concluir
Nuestra explicación del fenómeno de comer a deshoras como factor determinante de la obesidad humana es la siguiente:
Nosotros no somos animales nocturnos, y cuando comemos, por las noches, como si lo fuéramos (como con tanta regularidad hacemos) enviamos mensajes de emergencia al hipotálamo, que responde con una descarga de hormonas de estrés que dispone nuestro metabolismo a acumular grasa, en cantidades mayores de la que la duración de la "emergencia", artificialmente creada, requiere. Lo que, claramente, sucediera con los ratones en los experimentos descritos.

Gene económico
Nuestros biorritmos, ajustados para un ciclo de alimentación lucífera, como ocurriera al de los ratones en los experimentos mencionados --- donde su patrón de alimentación fuera nocturno --- se hallan trastornados por el efecto incidental de la luminiscencia, o falta de la misma, intensificando las tensiones por sus efectos provocadas, lo que induce a las ganancias de peso en forma de círculo vicioso.
La iluminación artificial resulta en disfuncionalidad endocrina generalizada, ya que nuestros sistemas no funcionan en aislamiento e independientes sino que lo hacen de manera coordinada en su eficacia. Lo que afirma que la determinación del nivel de un par de hormonas, como los investigadores hicieran, seleccionadas al azar, no resuelve el problema ni provee la explicación deseada.
En las indagaciones que los científicos condujeran para hacer sus determinaciones, el modelo animal que utilizaron fue uno que resultó ser el más desacertado, ya que los ratones son animales noctívagos, cuyos períodos de comer solamente se vuelven diurnos cuando debido a la sobrepoblación, su hábitat se torna inhóspito, entonces es cuando los vemos hurgar la basura de las ciudades durante horas desacostumbradas como serían las horas del día.
La exposición experimental a la luz artificial resultó ser el catalizador, del estresante disruptivo, para el aumento de peso que los ratones experimentaron.
El factor que los investigadores, en sus experimentos, desconocieron --- porque, obviamente, no lo entendieran --- fue el uso que hicieran de la luzartificial.
Siendo predadores nocturnos, los ratones están acondicionados para hurgar por comida dentro de la oscuridad para la que están adaptados y no en la semioscuridad provista por la iluminación artificial tenue, lo que los desorientó, confundiéndolos, porque creó una situación de emergencia artificial.

La semioscuridad creaba el estrés necesario para desatar la actividad de los sistemas homeostáticos (a que Walter B Cannon aludiera) que les hicieran acumular peso de manera más eficiente para sobrevivir la "alarma" artificiosa que los investigadores crearon.
Igualmente, la ausencia de cambios en los niveles de corticosterona no puede interpretarse como ausencia de factores estresantes, ya que en la investigación científica la ausencia de evidencia no es evidencia de su ausencia. ("Absence of evidence is not evidence of absence!" Carl Sagan, Astrónomo).
Finalmente, y, retornando al impacto de la luz artificial
La presencia que luz atenuada pudo haber tenido, en el peso de los roedores experimentales, el mismo efecto que los atracones nocturnos humanos --- iluminados por la luz artificial de nuestras viviendas --- producen en nuestra especie.
En conclusión: La oscuridad engorda y ahora sabemos la razón.
Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca