miércoles, 18 de julio de 2012

Hipertrofia mamaria virginal: caso clínico




Gabilondo Zubizarreta, F.J


Gabilondo Zubizarreta, F. J.*, Madariaga Romero, N.**, Meléndez Baltanas, J.**, Ayestarán Soto, J.**, Caramés Estefanía, J.***

Resumen

Presentamos un caso de hipertrofia virginal mamaria cuya aparición, controlada desde los 11 años, se estudió y diagnosticó mediante biopsia - aspiración como hipertrofia tipo filoides, siendo tratada quirúrgicamente mediante mamoplastia de reducción con patrón de Wise tradicional y colgajo horizontal bipediculado para el traslado del complejo areolar, que ha conservado la sensibilidad y la vascularización.
La intervención única se realizó a los 12 años de edad de la paciente y, tras 5 años de seguimiento postoperatorio, conserva la sensibilidad en las areolas y un aspecto de volumen y forma satisfactorio para la paciente, sin prótesis ni retoques de ningún tipo y con cicatrices aceptables.


* Jefe de Servicio.  
** Médico Adjunto.
*** Médico Residente.
Servicio de Cirugía Plástica y Grandes Quemados del Hospital de Cruces, Servicio Vasco de Salud, Osakidetza. Baracaldo (Vizcaya). España.

Introducción
El crecimiento mamario desproporcionado en niñas con niveles hormonales normales, en ausencia de gestación y sin finalidad funcional lactante, es conocido como hipertrofia virginal mamaria y al parecer, se debe a una respuesta exagerada del parénquima mamario a los estrógenos.
Todas las molestias físicas, dermatológicas y psíquicas que acompañan a este cuadro, a menudo asimétrico, suelen llevar a una situación límite a las pacientes a una edad muy temprana, que en el caso de la paciente que presentamos comenzó a los 11 años de edad.
Al parecer, conocida desde muy antiguo y citada en 1.669 en los escritos como "Philosophical Transcriptions", esta patología fue descrita y documentada posteriormente por Henry Albert en 1.910 en casos sin gestación, denominándosele como "Gigantomastia Juvenil o Hipertrofia Virginal Mamaria" (1).
Las propuestas terapéuticas hormonales han sido excluidas en estos casos por sus riesgos, optándose por las distintas alternativas quirúrgicas, desde la amputación mamaria, a la mastectomía subcutánea más colocación de prótesis (2, 3), o como en nuestro caso, mediante una gran reducción mamaria con traslado del complejo areolar, sin empleo de prótesis y utilizando el propio tejido mamario de la paciente como relleno.
Caso clínico
Paciente de 12 años de edad cuyo aspecto en el momento del diagnóstico es el que se muestra en la Figura 1; además de alteraciones dermatológicas, marcado plexo venoso subdérmico y asimetría de volumen, la paciente refería molestias físicas, psíquicas y dificultades para vestirse y para realizar ejercicios físicos, que hacían del cuadro una situación insostenible para el desarrollo de su vida cotidiana.

Fig. 1. Preoperatorio. Paciente de 11 años de edad. Véase en la imagen
lateral izquierda la mama de mayor volumen.
Se practicó examen anatomopatológico de biopsia obtenida por punción aspiración, encontrando una proliferación mamaria tisular tanto del estroma como del epitelio, con dificultad para diferenciarla de los patrones de fibroadenoma filoides Las propuestas terapéuticas hormonales se excluyeron, como ya hemos explicado, por sus posibles efectos secundarios. El tratamiento realizado consistió en una mamoplastia reductora siguiendo el patrón de Wise en el marcaje dérmico; tallamos un amplio colgajo horizontal bipediculado cuya desepidermización se aprovechó para disminuir el tamaño de las areolas, que trasladamos a su nueva ubicación conservando la sensibilidad y evitando así el injerto libre tipo Thoreck.
Empleamos el material autólogo de los colgajos a modo de relleno, evitando de esta manera también el uso de prótesis.
La resección en la mama derecha fue de 1.050 gr. de peso y en la izquierda llegó a los 1.800 gr.
Colocamos drenajes en ambas mamas que fueron retirados a las 48h. y la paciente fue dada de alta hospitalaria con una buena evolución, sin complicaciones y con el mismo diagnóstico anatomopatológico de hipertrofia con patrón proliferativo del estroma y epitelio a modo de fibroadenoma filoides (Fig.2).

Fig. 2. Imagen del examen anatomopatológico de la biopsia por
punción - aspiración (Hematosilina/Eosina, Microscopía óptica, 20 X):
hipertrofia con patrón proliferativo del estroma y epitelio a modo de
fibroadenoma filoides.

El aspecto del resultado reciente, a los pocos meses de la intervención, podemos verlo en las Figuras 3: en él se aprecian unas mamas voluminosas aun para el tamaño y edad de la paciente, pero con una diferencia notable respecto a la situación previa.

Fig. 3. Postoperatorio temprano.

El resultado más tardío (Fig.4), ya con 17 años y 6 meses de edad de la paciente, presenta un tamaño y una forma de las mamas más proporcionados a la edad y a las circunstancias de la paciente; ha mejorado el aspecto dérmico y vascular de sus mamas y no ha habido recurrencia del cuadro, mantiene la sensibilidad de los complejos areolares, las cicatrices son muy aceptables por su discreción y la satisfacción de la paciente le lleva a rechazar cualquier retoque de mejora.

Fig. 4. Postoperatorio a los 5 años (17 años y 6 meses de edad de la
paciente). Cicatrices discretas.

Discusión
Ante la falta de una casuística suficiente, en una situación tan excepcional como la que viven las niñas con hipertrofia virginal mamaria verdadera (1), cuando las exploraciones hormonales son normales y el cuadro requiere una solución pragmática, podemos valorar conservar la sensibilidad del complejo areolar practicando una reducción mamaria y evitando el uso de prótesis o la realización de amputaciones o mastectomías subcutáneas, ya que el futuro crecimiento de las pacientes nos permite obtener un volumen mamario que en la etapa adulta es razonable y proporcionado, con lo que las pacientes mantienen sin recurrencia el resultado de la única y primera intervención.
Pensamos que de esta forma no es necesaria una amputación mamaria con o sin prótesis (2,3), a la vez que obtenemos un buen resultado estético sin sacrificar la sensibilidad del complejo areolar.
Cada caso puede beneficiarse de técnicas diferentes, pero el fin funcional con mantenimiento de la sensibilidad, merece el esfuerzo.
Conclusiones
Las cicatrices en este tipo de cirugía son, con el tiempo, muy aceptables para las pacientes afectas de hipertrofia virginal mamaria y el resultado muy satisfactorio, evitando las complicaciones capsulares y los injertos libres de Thoreck.
Es importante aplicar la técnica quirúrgica en cada caso con la finalidad más funcional y preservando la sensibilidad del complejo areolar.
El resultado es satisfactorio tanto para la paciente como para el cirujano, cuando la intervención se realiza a una edad temprana, dado el impacto favorable para la paciente.
Dirección del autor
Dr. Francisco Javier Gabilondo Zubizarreta
Servicio de Cirugía Plástica y Grandes Quemados Hospital de Cruces
Plaza de Cruces s/n. Baracaldo (Vizcaya). España
e-mail:javier.gabilondo@osakidetza.net

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