miércoles, 6 de junio de 2012

El cerebro de la madre que no amamanta interpreta que el bebé ha muerto



de prosalud, el miércoles, 6 de junio de 2012 a la(s) 18:44 ·
Lo cierto es que el título que he dado a este artículo puede resultarnos escalofriante, pero los estudiosos que defienden esta hipótesis parece que lo tienen muy claro: el cerebro de la madre que no amamanta al recién nacido interpreta que el bebé ha muerto.
La evolución ha hecho que las madres que dan a luz estén naturalmente esperando que el recién nacido se enganche a su pecho. Las hormonas que se desencadenan en el parto la preparan para ello y, el no amamantar al bebé, hace que el cerebro reciba señales naturales que se asociarían a la pérdida del hijo, pudiendo, por tanto, desencadenar reacciones de pérdida.
Al no amamantar o dejar de hacerlo tempranamente , el cuerpo y el cerebro interpretan (no conscientemente, pero si a nivel hormonal) que ha habido una pérdida, pues cuando una embarazada no amamanta en estado natural ha tenido un aborto o el bebé ha fallecido.
El psicologo evolutivo Gordon Gallup presentó su investigación en la Convención de la Northeastern Evolutionary Psychology Society y la publicó en la revista Medical Hypotheses, señalando, además, que se encontraron más casos de depresión postparto en la madres que no amamantaban en una investigación realizada, por lo que su recomendación clara es que no se favorezca el uso de biberones en las maternidades por poder aumentar las tasas de depresión postparto.
Hoy sabemos que mucho de lo que sucede en nuestros cerebros no es puramente racional, sino que es desencadenado por estímulos y hormonas, por lo que la hipótesis defendida por Gallup, la de que el cerebro de la madre que no amamanta recibe el mensaje de que ha perdido a su bebé, podría ser cierta.


La química del apego seguro.........................................................................

Las hormonas son las encargadas de regular los sistemas del cuerpo y ayudar al individuo a reaccionar frente al medio ambiente. Una de estas hormonas es el cortisol, producida por las glándulas suprarrenales. Una de sus funciones es ayudar a las personas a afrontar el estrés y hacer ajustes corporales para hacer frente a situaciones de peligro. Para que el cuerpo funcione adecuadamente debe haber un equilibrio en los niveles de cortisol, si hay muy poco el cuerpo se “apaga”, si hay mucho se convierte en angustia.
El cortisol es una de las hormonas que desempeña un papel importante en las respuestas emocionales del individuo. Al revisar la calidad de apego entre madre e hijo, los investigadores han encontrado que el apego seguro mantiene al bebé en equilibrio emocional. Un vínculo inseguro, una respuesta inadecuada a las necesidades del bebé acostumbra a éste a un bajo nivel hormonal, lo que lo convierte en apático o puede mantener constantemente estrés debido a la alta concentración hormonal en su organismo traduciéndose en bebés angustiados.

El niño está en un estado hormonal que le proporciona bienestar, se esfuerza por mantener ese estado. Los científicos están confirmando que las mamás siempre han sabido que su presencia es importante para mantener la química hormonal del bebé.No sólo la crianza con apego proporciona un equilibrio químico en los bebés. También ayuda a la madre. El comportamiento materno, especialmente la lactancia materna da lugar a un “torrente” de las hormonas prolactina y oxitocina. Estas hormonas ayudan a la mujer a tener sentimientos maternales. De hecho puede decirse que son la base biológica de la intuición materna. Los niveles de prolactina aumentan de diez a veinte veces dentro de los treinta minutos después que comienza la lactancia materna.
La mayor parte de ella se irá de nuevo dentro de una hora. La prolactina tiene una acción corta, con la finalidad de obtener la respuesta de la madre de amamantar con frecuencia. Como dato curioso la oxitocina es una de las hormonas implicadas en el enamoramiento adulto.Criar con el corazón definitivamente es lo mejor para los padres, hijos y la sociedad en general. Por algo nos ocurre algo fisiológicamente con la maternidad y la paternidad, de esto la biología lo sabe muy bien.

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